Entre principios de 1976
y finales de 1977 funcionó la Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA), una
iniciativa periodística ideada por Rodolfo Walsh, políticamente sustentada por
Montoneros, que llevó por objetivo difundir, bajo el formato de una tradicional
agencia de noticias generadora de cables informativos, las brutales violaciones
a los derechos humanos que a diario cometía la última dictadura militar
argentina.
Hasta
ahora, se conocía a grandes rasgos su origen, vinculado a las divergencias de
opinión entre Walsh y la conducción montonera en el último tramo de la vida del
autor de Operación masacre, la
importancia de su rol en la circulación subterránea de información censurada
oficialmente, su destino de cierre constante dada su condición desafiante al
orden por la fuerza establecido (mucho más luego del asesinato de Walsh en
marzo del 77, después de lo cual, breve impasse mediante, Horacio Verbitsky se
hizo cargo de la dirección de la agencia
por unos meses hasta su cierre definitivo) y algo sobre su funcionamiento artesanal
pero eficaz. Ahora, con la publicación de ANCLA.
Rodolfo Walsh y la Agencia de Noticias Clandestina. 1976 – 1977, sale a la
luz algo inédito: la totalidad de los cables informativos que la agencia
despachó a miles de medios nacionales e internacionales, embajadas, gobiernos,
organismos y personalidades de la política y la cultura de Argentina y el
mundo.
Se
trata de unos 200 despachos noticiosos fechados entre el 20 de agosto de 1976 y
el 8 de septiembre de 1977, que informan sobre la escalada represiva en
diversos ámbitos, como los barrios de los centros urbanos, el interior del
país, las fábricas y empresas, las escuelas y universidades, el periodismo y
demás. La edición está condimentada con tres introducciones a cargo de Carlos
Aznárez, Lucila Pagliai y Lila Pastoriza, quienes formaron parte activa en la
cotidianidad de ANCLA, y aportan interesantes datos sobre la operatividad y los
objetivos políticos y comunicacionales de la agencia. Como epílogo se incluyen
las Carta a mis amigos y Carta abierta de un escritor a la Junta
Militar, firmadas por Walsh.
.
La
lectura de los cables de ANCLA es un ejercicio de sentido: cómo informar
rigurosamente, con múltiples fuentes, sobre aquello que el poder oculta, con
protagonismo de los datos, sin perder profundidad analítica.
Publicado en el suplemento de Cultura de Perfil el domingo 31 de marzo de 2013
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