domingo, 6 de noviembre de 2011

El canon que no fue

“Todo paraíso es un paraíso perdido”. Esta frase, que abre las líneas que conforman El paraíso argentino, de Claudio Zeiger, funciona como el núcleo de significado a partir del cual se despliegan los argumentos de este cúmulo de reseñas biográficas extendidas y cortadas por una tijera particular. Se trata de lograr una semblanza de la vida y obra de aquellos escritores argentinos que, en torno a las décadas comprendidas entre 1930 y 1950, orbitaron en torno a un canon literario con claras vinculaciones con la más alta aristocracia rioplatense. Así, Zeiger repasa los claroscuros de las figuras de Benito Lynch, Ricardo Guiraldes, Eduardo Mallea, Manuel Mujica Lainez, Silvina Bullrich, Oscar Hermes Villordo, Beatriz Guido y Marta Lynch.
 En El paraíso argentino, Zeiger indaga en las genealogías y en las redes de relaciones sociales en un intento de dar con el nodo central que explica distintas características de las personalidades privadas y públicas de los autores, muchas veces polémicas política y artísticamente. De esta manera, profundiza en el delineamiento de un Benito Lynch huraño y hosco, de un Guiraldes en tensión entre la elite y la popularidad,  de un Mallea paradójico, que en cierto momento fue “más importante que Borges” y al que se lo desplaza de la primera plana “por los mismos motivos que se lo entronizó”, entre otros.
 A su vez, a través de un evidente gran trabajo de archivo, Zeiger rescata momentos particulares poco conocidos por los estudios académicos de literatura argentina (en general renuentes al detalle de color biográfico), como el diálogo entre Silvina Bullrich y Manuel Mujica Lainez, donde la autora de Bodas de cristal y Teléfono ocupado pregunta: “¿Verdad que vos y yo somos los dos únicos escritores argentinos que vivimos de nuestros libros?”, a lo que Manucho responde: “ Yo no, che, serás vos. Yo vivo mucho mejor”.


Publicado el 06 de noviembre de 2011 en el suplemento de Cultura del diario Perfil