La habitación, la
cuarta novela del filósofo y escritor alemán Andreas Maier, empieza intimista.
La imagen narrativa es captada con una lente que hace un primerísimo primer
plano, para luego ir, sucesivamente, ampliando el cuadro hacia una panorámica:
de lo que en un principio se presenta como una historia de entrecasa, donde la
voz de un narrador irónico describe la vida de su tío J., extraño personaje que
apesta y pasa la mayor parte de su tiempo encerrado en un taller del subsuelo
de su casa en un pasado no muy lejano, la narración se dispara hacia una profunda
reflexión sobre la sociedad occidental de la era moderna, sus costumbres, sus
anhelos, sus miedos y sus miserias.
Aquí,
la esperanzada y por momentos inocente mirada de un niño se contrapone a una
vida adulta saturada por la rutina. “Mi existencia era entonces eterna”,
recuerda quien narra, incapaz de pensar en las variaciones constantes que rigen
sobre el mundo adulto. El tío J, que todo indica que padece cierto retraso
mental, consume pornografía en cantidades, fuma sin parar, habla muy poco, se
dedica a emborracharse en las tabernas, se baña casi nunca, no experimenta
culpa alguna por nada, y recibe entre refunfuños al narrador cuando niño en su
taller atestado de herramientas, donde sin embargo nada se produce. Aún así, es
J quien en este libro tiene “un pie en el paraíso”. Aquí, la movilidad de la
historia y la constancia de la vida repetitiva de la clase media se conjugan y
tensionan en un relato en tono confesional.
Andreas
Maier nació en 1967 en Bad Nauheim, al norte de Frankfurt. Su primera novela, Martes del bosque, recibió los premios de la Fundación Jürgen Ponto,
el premio Ernst Willner del concurso Ingeborg Bachmann, y el popular galardón
de literatura Aspekte.
Publicado en el suplemento de Cultura de Perfil el domingo 2 de septiembre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario