miércoles, 13 de febrero de 2013

Para leer a Saccomanno



Por Juan Francisco Gentile. En uno de los rescates literarios más importantes para la narrativa argentina contemporánea de los últimos años, Astier Libros reeditó Situación de peligro, la primera novela de Guillermo Saccomanno.

Fue uno de los rescates literarios del 2012. Su trama, generada a fuerza de los traumas de la década de 1980, acusa recibo de una época signada por la esperanza del fin de la dictadura pero matizada por la permanencia de heridas que no sólo no cierran, sino que incluso una cotidianidad gélida y citadina les echa sal. Es el primer libro de uno de los autores vivos más interesantes, productivos, maduros y completos de la narrativa argentina, que se perfila como uno de los grandes nombres de la literatura. Se llama Situación de peligro, fue publicado en 1986 por Ada Korn editora y su autor es Guillermo Saccomanno.
El título era prácticamente inconseguible: esa clase de libros de los que se habla más de lo que se los lee. A finales del año pasado, la pequeña editorial porteña Astier Libros se tomó el trabajo de volver a poner en el ruedo el libro debut de Saccomanno, acaso el que sentó no pocas bases para su extensa producción futura. El resultado: en una edición tan rústica como seductora, de suave papel corrugado, formato pequeño y letra grande, es posible acceder nuevamente al que fue uno de los títulos más disruptivos de la década de 1980, donde abiertamente y lidiando con el rollo de decir lo que hasta hace poco no se podía, habla de amor, infidelidad, militancia y la complejidad de la relación padre-hijo, que en este caso no es más que la relación entre el autor y su propio progenitor.
Situación de peligro se afirma sobre una narración cronológica que, con sus desvíos y focos de atención diversos, se centra en la caracterización de la figura del padre, halo fantasmal plagado de sentencias en apariencia definitivas, pero contradictorias, que buscan adoctrinar en diversos sentidos, siempre contrarios al estado de ánimo de quien narra. Así, los cuatro relatos entrelazados que conforman el volumen construyen una atmósfera asfixiante en la cual la relación entre padre e hijo es por momentos un tormento de tantas fallas de conexión, y tantos desencuentros. Se percibe un amor y una admiración mutua, que no sólo no se confiesa  sino que se expresa de modos violentos, verbal y físicamente, psicopateos variopintos mediante. Sin embargo, el libro no se va en eso: como el personaje, la historia madura, y con ella la mirada acerca del mundo y de las relaciones.
Saccomanno se destacó como guionista de historietas antes que como escritor. En las décadas de los 70 y 80, fue uno de los redactores de la mítica revista Skorpio y escribió los argumentos de sus comics en colaboración con figuras de la disciplina, como Enrique y Alberto Breccia, Carlos Trillo, Solano López y Durañona. Luego de Situación de peligro, consolidó una carrera literaria y periodística mucho más conocida y referenciada: Bajo banderaAnimales domésticosLa indiferencia del mundo, la trilogía que integran La lengua del malónEl pibe77, el premiado y desparejo El oficinista, su reciente Cámara Gessel (que con crudeza relata aspectos oscuros de Villa Gessel, la ciudad en la que reside desde hace veinte años), sus incontables y jugosas notas sobre literatura en el suplemento Radar del diario Página/12. Sin embargo, la vuelta a los anaqueles de Situación de peligrocierra el círculo: ahora es posible empezar a leer a Saccomanno desde ese principio que, no por el simple hecho de ser su primer libro sino por todo lo que este tiene de iniciático, de frescura juvenil, despojo estilístico y complejidad temática, permite ingresar en las mejores condiciones a cualquier otro mojón del extenso camino que aún continúa trazando este constructor de historias casi sórdidas pero no, casi grises pero con color, refugiado cerca del océano atlántico.          

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