miércoles, 17 de julio de 2013

Menos sapo Pepe, más locos recuerdos




A pesar del predominio de sapos saltarines, topas y casas de ratones, a pesar de una época que propone velocidad e inmediatez antes que reflexión, volumen elevado y melodías elementales antes que músicas de arreglos complejos, los payasos continúan entreteniendo, como lo hicieron desde tiempos remotos con grandes y chicos. Lo circense atrae en parte por esa licencia para ponerlo todo en cuestión, subvertir los valores hegemónicos y apropiarse de lenguajes que en los papeles son “serios”, con los que “no se juega”. Y si eso es combinado con excelencia desde lo escénico, innovación desde lo teatral y letrístico, efectividad en las actuaciones y sobre todo arraigo local en las temáticas, el resultado es una propuesta inmejorable como Locos ReCuerdos, la obra homenaje a Hugo Midón, que con música de Carlos Gianni se presenta en el Teatro Cervantes por segunda temporada consecutiva. El sello distintivo de la dupla Midón-Gianni, que juntos unieron su creatividad en escritura y composición en clásicos como Vivitos y coleando, Derechos torcidos, Huesito caracú y Playa bonita, entre muchos otros, se plasma en esta obra de modo emotivo, reafirmando la vigencia de un camino diferente para entretener, que invita a la reflexión sin golpes bajos, siempre con la intención de despertar en el espectador, sea chico o adulto, inquietudes en torno a lo que lo rodea.

En un viaje a través de muchas de las historias a las que Midón dio vida a lo largo de su carrera y que lleva por banda sonora un combo de rock, tango, jazz, canción, tap, swing y derivados, Locos ReCuerdos se anima a preguntarse por las obsesiones de los adultos, por los problemas de las relaciones amorosas, por lo que significa trabajar y por muchas de las principales aristas de la cultura argentina. El elenco lleva a Omar Calicchio, Alejandra Perlusky, Gustavo Monje, Denise Cotton, Sebastián Holz, Mariela Kantor, Jorge Maselli y Pilar Menéndez, quienes dan sobradas muestras de su capacidad actoral, su habilidad en los bailes y destreza vocal para atravesar ritmos y generar climas. Los protagonistas encarnan payasos que a su vez son personas, que ríen, lloran, se divierten o se preocupan, siempre con la mirada hacia el futuro y la esperanza como motor, tanto en sí mismos como en sus pares.

Un vestuario y una escenografía que logran construir un mundo de fantasía que a su vez no es muy diferente del que puede habitar cualquier persona logran la difícil tarea de invitar al espectador a ingresar en una dimensión nueva sin olvidar jamás el lugar del que se viene, quién se es, dónde se vive ni a dónde se va.


En tiempos en que muchas de las propuestas infantiles tienden a subestimar a los chicos, centrándose en ofrecer estridencia, música básica y tramas con escaso conflicto, Locos ReCuerdos eleva el piso de calidad de la media de la propuesta de los espectáculos infantiles. 







Publicado en el suplemento de Espectáculos de Perfil

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