viernes, 24 de agosto de 2012

El paraíso huele mal



La habitación, la cuarta novela del filósofo y escritor alemán Andreas Maier, empieza intimista. La imagen narrativa es captada con una lente que hace un primerísimo primer plano, para luego ir, sucesivamente, ampliando el cuadro hacia una panorámica: de lo que en un principio se presenta como una historia de entrecasa, donde la voz de un narrador irónico describe la vida de su tío J., extraño personaje que apesta y pasa la mayor parte de su tiempo encerrado en un taller del subsuelo de su casa en un pasado no muy lejano, la narración se dispara hacia una profunda reflexión sobre la sociedad occidental de la era moderna, sus costumbres, sus anhelos, sus miedos y sus miserias.

Aquí, la esperanzada y por momentos inocente mirada de un niño se contrapone a una vida adulta saturada por la rutina. “Mi existencia era entonces eterna”, recuerda quien narra, incapaz de pensar en las variaciones constantes que rigen sobre el mundo adulto. El tío J, que todo indica que padece cierto retraso mental, consume pornografía en cantidades, fuma sin parar, habla muy poco, se dedica a emborracharse en las tabernas, se baña casi nunca, no experimenta culpa alguna por nada, y recibe entre refunfuños al narrador cuando niño en su taller atestado de herramientas, donde sin embargo nada se produce. Aún así, es J quien en este libro tiene “un pie en el paraíso”. Aquí, la movilidad de la historia y la constancia de la vida repetitiva de la clase media se conjugan y tensionan en un relato en tono confesional.    

Andreas Maier nació en 1967 en Bad Nauheim, al norte de Frankfurt. Su primera novela, Martes del bosque, recibió los premios de la Fundación Jürgen Ponto, el premio Ernst Willner del concurso Ingeborg Bachmann, y el popular galardón de literatura Aspekte. 


Publicado en el suplemento de Cultura de Perfil el domingo 2 de septiembre de 2012

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