miércoles, 1 de agosto de 2012

Yo me muero como viví


Falleció Héctor Tizón, uno de los escritores más prolíficos de la literatura argentina. Nacido hace 82 años en Yala, Jujuy, pasó sus últimos días en ese pueblo desde el cual construyó una obra signada por la inmensidad, la soledad y los vientos de la Puna.

A los 82 años de edad, y a tan sólo meses de la salida a las calles de Memorial de la Puna, su último libro, falleció como consecuencia de una afección cardíaca Héctor Tizón, nombre propio de peso en la literatura argentina, el que más lejos llegó entre los surgidos del noroeste argentino.
Desde que en 1960 publicó su primer libro de relatos, A un costado de los rieles, Tizón desplegó una constelación de más de veinte títulos, entre cuentos, novelas y ensayos, comoFuego en Casabindo (1969), El jactancioso y la bella (1972), Sota de bastos, caballo de espadas (1975) y La mujer de Strasser (1997), entre otros. En Memorial de la Puna, un delgado pero poderoso volumen que contiene una serie de relatos breves netamente vinculados con distintos puntos de su corpus literario, Tizón insinuó una serie de gestos de despedida: en el prólogo escribió que no sabía si iba a seguir publicando, que las líneas que allí se leen fueron producidas sin objetivo concreto, fruto del cansancio de la edad, en tanto centró estos textos en describir y profundizar su concepción social y filosófica de la Puna jujeña, el espacio geográfico que habitó y donde ubicó gran parte de sus historias.
Nacido el 21 de octubre de 1929 en el pueblo de Yala, a 12 kilómetros de la capital jujeña, Tizón fue diplomático, periodista, exiliado político en España entre 1976 y 1982, Juez de Tribunal Superior de Justicia y convencional constituyente por su provincia, pero por sobre todo fue un escritor profundamente anclado en el territorio que habitó. Afiliado al radicalismo desde su juventud, defensor del mítico Yrigoyenismo, su obra estuvo fuertemente atravesada por las problemáticas sociales tanto de su provincia como de la región en general, y cumplió un rol central a la hora de colocar las preocupaciones y los diversos devenires del norte argentino en el foco de los centros culturales y literarios, tanto locales como internacionales.
Los restos de Tizón comenzaron a ser despedidos ayer por la tarde en la Legislatura Provincial jujeña, para luego ser inhumados hoy en el cementerio de Yala, donde nació y murió, en el principio de ese mágico camino tornasolado que une a San Salvador con la Quebrada de Humahuaca. 

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