Asistimos, en Fauna, de Romina Paula, a la puesta en escena de un pensamiento
netamente literario, a través de variados recursos propios de la narrativa
escrita: juegos de espejos, dicotomías aparentemente insalvables, tensiones que
se presentan como irresolubles, irrupción constante del metalenguaje y de
intertextos, y tópicos temáticos propios de la literatura universal. Nada
podría hacer suponer una casualidad: Romina Paula, tal vez la mayor promesa de
la escena teatral argentina (decimos “promesa” no por haber hecho poco, sino
meramente por una cuestión etaria: apenas pasa los 30 años), se formó como
lectora y escritora, antes que como directora escénica.
Lo central del
argumento se puede resumir en pocas líneas: un director de cine (Rafael Ferro)
y su actriz (Pilar Gamboa) viajan al litoral profundo en busca de información
acerca de la vida de Fauna, una misteriosa mujer ya fallecida sobre la que los
lugareños no escatiman en mitos y leyendas, poeta maldita, que se disfrazaba de
hombre para entrar a los círculos de poesía. Allí, se encuentran con Luisa
(Susana Pampín) y Santos (Esteban Bigliardi), sus dos hijos, quienes les
contarán diferentes aspectos de la vida de su madre. De esa manera, quedará
establecido el tablero sobre el que las fichas comenzarán a moverse. El débil y
el fuerte; el seguro y el inseguro, el enamorado y el enamoradizo: aquí se
trocarán los roles en un movimiento lúdico y constante.
Como toda buena
pieza artística, Fauna plantea más
interrogantes que certezas. Se pregunta acerca de qué es una historia
(individual y colectiva), qué es narrar una vida, dónde están los límites, si
es que existen, entre la realidad y la ficción. También sobre qué implica ser
mujer, ser madre, ser hijo, y cuál es el lugar de la belleza. Con un libro de
gran calidad, en el que no faltan las citas cultas ni las reminiscencias del
habla popular, los cuatro actores se lucen en un juego de contrastes donde el
amor puede tensar y descomprimir. Resulta difícil señalar a alguna de las actuaciones
como destacada por sobre el resto. Estéban Bigliardi sigue sorprendiendo con
una presencia arrolladora. La irrupción de su personaje, el rudo y sensible
Santos, termina por imprimirle a la obra la velocidad y la tensión dramática
que desde el principio se insinúa, al tiempo que aporta reflexiones sobre
aquella vieja dicotomía entre saber letrado y saber experiencial. Pilar Gamboa,
que personifica a Julia, la joven actriz que quiere hacer de Fauna, entrega
matices delicados y transmite perfectamente la inseguridad y las contrariedades
en las que está atrapado su personaje. Luisa, la hija mayor de Fauna, aportará
pasajes fuertemente irónicos, humor negro, reflexiones filosóficas y citas
literarias.
“La realidad es
cruel, si se la vive como imposible de ser cambiada”, sentencia Santos casi
sobre el final, y de esa manera deja plantada la necesidad de un arte
revolucionario, inconformista, que asuma su poder como motor para la búsqueda
de algo mejor.
Texto y dirección: Romina Paula
Elenco: Esteban
Bigliardi, Rafael Ferro, Pilar Gamboa y Susana Pampín
Iluminación: Matías Sendón
Escenografía: Alicia Leloutre y Sendón
Realización de escenografía: Ariel Vaccaro
Fotografía: Sebastián Arpesella
Música: Liza Casullo
Sala: Cultural San Martín
Publicado en el suplemento de Espectáculos de Perfil el domingo 23 de junio de 2013. La nota salió sin firma como parte de las medidas gremiales adoptadas en el marco de las Paritarias de Prensa 2013.
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