jueves, 4 de abril de 2013

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Entre principios de 1976 y finales de 1977 funcionó la Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA), una iniciativa periodística ideada por Rodolfo Walsh, políticamente sustentada por Montoneros, que llevó por objetivo difundir, bajo el formato de una tradicional agencia de noticias generadora de cables informativos, las brutales violaciones a los derechos humanos que a diario cometía la última dictadura militar argentina.

Hasta ahora, se conocía a grandes rasgos su origen, vinculado a las divergencias de opinión entre Walsh y la conducción montonera en el último tramo de la vida del autor de Operación masacre, la importancia de su rol en la circulación subterránea de información censurada oficialmente, su destino de cierre constante dada su condición desafiante al orden por la fuerza establecido (mucho más luego del asesinato de Walsh en marzo del 77, después de lo cual, breve impasse mediante, Horacio Verbitsky se hizo cargo de la dirección  de la agencia por unos meses hasta su cierre definitivo) y algo sobre su funcionamiento artesanal pero eficaz. Ahora, con la publicación de ANCLA. Rodolfo Walsh y la Agencia de Noticias Clandestina. 1976 – 1977, sale a la luz algo inédito: la totalidad de los cables informativos que la agencia despachó a miles de medios nacionales e internacionales, embajadas, gobiernos, organismos y personalidades de la política y la cultura de Argentina y el mundo.

Se trata de unos 200 despachos noticiosos fechados entre el 20 de agosto de 1976 y el 8 de septiembre de 1977, que informan sobre la escalada represiva en diversos ámbitos, como los barrios de los centros urbanos, el interior del país, las fábricas y empresas, las escuelas y universidades, el periodismo y demás. La edición está condimentada con tres introducciones a cargo de Carlos Aznárez, Lucila Pagliai y Lila Pastoriza, quienes formaron parte activa en la cotidianidad de ANCLA, y aportan interesantes datos sobre la operatividad y los objetivos políticos y comunicacionales de la agencia. Como epílogo se incluyen las Carta a mis amigos y Carta abierta de un escritor a la Junta Militar, firmadas por Walsh.
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La lectura de los cables de ANCLA es un ejercicio de sentido: cómo informar rigurosamente, con múltiples fuentes, sobre aquello que el poder oculta, con protagonismo de los datos, sin perder profundidad analítica.

Publicado en el suplemento de Cultura de Perfil el domingo 31 de marzo de 2013

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